Médica por perseverancia

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Viajar es más que ver los lugares que tenemos delante. Es recorrer sus historias como se recorren las calles en las que éstas sucedieron. Las grandes construcciones lo son por lo que guardan en su interior. Detrás de la instantánea están los acontecimientos que las hacen memorables. Y personajes, como Sophia Jex-Blake, líder de Las siete de Edimburgo. El primer grupo de mujeres en matricularse en una universidad británica no lo tuvo fácil.

Sophia nació en la ciudad de Hastings en 1840. Fue una niña inquieta, demasiado para el tiempo en el que le tocó nacer. A los diez años ya había rellenado sus cuadernos con su primera historia, en la que dio forma al imaginario reino de Sackermena. Escribiría más, pero el libro que mejor representa su vocación y su espíritu inconformista es el que recoge el papel de la mujer en la historia de la medicina: Medical women. Un viaje a Estados Unidos le mostró su vocación definitiva. Después de ayudar en el trabajo administrativo en England Hospital for Women and Children intentó acceder a la facultad de Medicina de Harvard con el objetivo de recibir la misma enseñanza universitaria  que los hombres.

Tanto lo intentó que, aunque no consiguió su objetivo, se trasladó de Bostón a New York para matricularse en el Women’s Medical College de las hermanas Blackwell. La muerte de su padre puso fin a esta etapa. Regresó a casa y cursó todas las materias requeridas para optar al título de Medicina de la universidad de Edimburgo. Las horas que no dedicaba al estudio las invertía en esquivar las barreras que le impedían a sus compañeras y a ella acceder a  la facultad y, posteriormente, al ejercicio de la profesión. Gestiones administrativas, consultas a abogados y conversaciones con profesores para convencerles de que las dejasen asistir a las clases y a las prácticas hospitalarias robaban tiempo a los libros. No sorteó el último obstáculo: los exámenes finales.

Tenacidad. Esa capacidad de mantenerse firme por muy fuerte que sople.  La entereza de Sophia y sus compañeras les llevó a solicitar admisión al examen del Colegio de Cirujanos para obtener la licenciatura como Comadronas. Los requisitos eran los mismos que hacían falta para presentarse a la prueba que les hubiera permitido optar al título de doctoras en medicina. Volvían a cumplirlos y las aceptaron, pero mientras ellas se movían otros lo hacían en la dirección contraria. El viento volvió a soplar fuerte. La presión sobre el Colegio hizo que los miembros del tribunal dimitiesen y que nadie se presentase en su lugar. Para aprobar un examen, éste tiene que celebrarse.

Perseverancia. Continuar con constancia lo que se ha empezado. Sophia se mudó a Berna y allí obtuvo su ansiado título. Pero tuvo que esperar un poco más para ejercer la medicina en su tierra: la movilización generada provocó que se presentase una ley que permitía a los tribunales del Reino Unido admitir a mujeres. Se anotó al único que dio el visto bueno y obtuvo la Licence of the King’s and Queen’s College of Physicians of Ireland en 1877. Comenzó a trabajar sin olvidar la batalla en la que tantas energías invirtió: implicándose en la formación de otras mujeres y fundando centros como el Edinburgh Hospital and Dispensary for Women.

Historias como la de Sophia hacen de los viajes un libro en blanco. Uno va sabiendo que visitar, con cuadrículas por hora y monumento, pero vuelve con las historias que se va encontrando a su paso. Y no hay nada como el paso lento para conocer los espacios que pisamos.

4 comentarios sobre “Médica por perseverancia

  1. Perseverar no feminismo ata que ese concepto deixe de existir porque se acadou o obxectivo: a igualdade de dereitos e oportunidades entre todas as persoas con independencia do xénero ao que se adscriben.

    Unha historia emocionante, inspiradora, coma a de todas as persoas que perseguen un soño. Pero aínda non é o mesmo perseguir un soño desde a identidade de muller ca de home. Hai uns días lin unha frase que me gustou moito: todo isto polo que loitamos agora, dentro de 50 anos parecerá ridículo. Oxalá! O feminismo estima que non se acadará esa igualdade plena ata dentro de 100 anos. Indispensable dar a coñecer a loita das mulleres pioneiras. Grazas por pasear devagar nas cidades lonxanas e darnos a coñecer a Sophia Louisa Jex-Blake. Así, paso a paso, imos acurtando estes 100 anos. As túas futuras fillas e netas merecen outro mundo.

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  2. Es una constante en la historia de la humanidad. Los grandes logros y avances que en un determinado momento histórico son parte «normal» de nuestra vida…no lo fueron en otros y requirieron de enormes sacrificios de pioneros que los hicieron «normales».
    Es de justicia recordar a estas personas.

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  3. Estamos en el siglo XIX. ¡Cómo ha cambiado la situación para las mujeres!. Actualmente la Facultad de Medicina está llena de mujeres que pueden acceder sin dificultad a ella; pero para llegar a lograr esta igualdad personas como Sophie, que han sufrido personalmente la discriminación, se han lanzado a luchar por unos derechos que en aquella época les eran totalmente inaccesibles. Un aplauso a la facultad de Medicina de Edimburgo, que con esa placa en su fachada hace que Sophie tenga un reconocimiento en la historia.

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  4. No hay nada como dejar atrás los » tu no puedes», » tu no sabes», «tu no mereces».
    Porque llegar donde otros dijeron que no lo harías no solo es un triunfo personal, es un acto de justicia ante las mente retrogradas, ante los que nunca fueron capaces de vernos con autenticidad, respeto y cercanía.
    Sin tenacidad el talento y la suerte son imposibles, Alcanzar un sueño, lograr una meta o conseguir un propósito vital no siempre depende de la suerte. Los auténticos héroes tienen la maestría de la paciencia, el doctorado en la tenacidad y la virtud de la insistencia.

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